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DISCUSIÓN DE LA PELICULA MIL VECES BUENAS NOCHES
Realizado por Yubiza Zárate.
Es una película excelente que pone en escena varios temas que se podrían discutir iniciando con una escena silente de luces que se filtran por un orificio que se encuentra con un ojo que mira, combinado con el polvo desértico y árido. El primero es el drama que vive la familia conformada por una fotógrafa cuya pasión es fotografiar “la verdad del suceso” que ocurre en zonas de conflicto o simplemente “fotógrafa de guerra”. Es de tal valor su trabajo que pone en movimiento la ayuda de países aliados para detener, amortiguar, controlar, situaciones que implican terrorismo y muerte de víctimas. El ojo que percibe la cruel y cruenta realidad de países del medio oriente dispara el lente de la cámara en una secuencia infinita. La primera escena es impactante, la fotógrafa cubre un reportaje sobre las mujeres que se inmolan a favor de una causa. Su trabaja busca impactar, provocar al espectador con una realidad que nadie quiere saber. La muerte está presente en forma violenta y la vida humana pareciera no valer nada. En casi todas las escenas la lucha entre la vida y la muerte deja diezmada a la primera. Nada queda igual después que la destrucción se hace presente. Qué procesamiento cabe; la fotógrafa sufre una herida de gravedad en Kabul y la recuperación no es sólo de las heridas corporales, sino de las heridas abiertas que le dejó lo que vió, “una mujer-bomba que explota en un centro público, la fotógrafa, Rebecca, intenta avisar, denunciar la explosión para que las personas de alrededor no sufran la destrucción. La percepción de esos hechos la sacó de su centro de vida. Qué sentido tiene el diario vivir occidente mientras ocurren estos hechos en la lejanía y dónde el occidente pareciera tener responsabilidad “política” en la realidad de las facciones del medio oriente. Sin embargo este componente político no es el que voy a tratar porque la película busca mostrar el desmoronamiento familiar por la profesión de la fotógrafa. Una vez, de regreso a su casa el esposo le anuncia que no soporta más seguir viviendo así, con esa amenaza de riesgo inminente de muerte.
Rebecca es apasionada de su trabajo, movilizado por el instinto, cree firmemente que sus fotos denuncian cruentamente una realidad que se quiere negar, que los de occidente viven alienados por banalidades.